Hay una película que ha causado cualquier cantidad de asombro, expectativas y prestigio a niveles descomunales. No hablo sino es de “Avatar”, una superproducción del tan polémico James Cameron, a quién le debemos grandes films como Titanic y Terminator 2.
Avatar nos delieta con un mundo de fantasía, que trasportaba a cada tripulante a un viaje épico, con destino a Pandora, un satélite en donde se desarrolla la historia. El personaje principal, interpretado por Sam Worthington(Terminator 4) me causó gran interés, debido a su condición parapléjica. De entrada, la nueva propuesta ficticia de Hollywood dejaba boquiabierto a cualquiera.
Poco a poco, el mundo de Cameron se mostraba más y más “curioso”. “Las montañas voladoras”, los animales con 6 extremidades, la fauna colorida, la conexión de los seres por medio de sus cabellos, y sobre todo, los Na´vi, una raza de aborígenes, con rasgos felinos. El arte cinematográfico en general era bastante riguroso y ambicioso, sin olvidar el buen trabajo de Mauro Fiore, director de fotografía.
La música es impactante, majestuosa, James Horner una vez más nos causa un revuelo en el estomago con cada nota. Su trabajo, sobre todo en Braveheart dejó inmersa en él, una confianza en cuanto a su trabajo musical.
Lo que tal vez no me convenció , fue la trama central, tan trillada y predecible.
Los miembros de la operación se conectan por medio de su cerebro, a los “Avatares”, (seres genéticamente fabricados por científicos que simulan a los Na’vi) para adaptarse al nuevo mundo; Matrix, Nivel 13, Identidad Sustituta son algunos ejemplos.
Otros detalles pueden ser, el contexto de un militar que se adentra a una civilización aborigen y termina encariñándose y aprendiendo sus costumbres. Se enamora de la hija de los líderes del clan. Esto sin olvidar, la batalla final, que termina siendo decisiva para la historia. El Último Samurái y Danzando Con Lobos son buenos ejemplos de los mismos patrones que ya hemos visto una y otra y otra vez en la gran pantalla.
Pero el trasfondo científico, la yuxtaposición y la exposición del ser humano como un ser “extraterrestre”, rompe totalmente los esquemas que la industria norteamericana nos ha vendido desde siempre.
“El calentamiento global es nuestro SIDA” leí hace unos meses en el semanario URBE. El argumento ambiental es algo actual y necesario para nuestros días. La película maneja solemnemente el tema. Aprovecho también para disentir sobre la crítica que le hizo el Vaticano al film a través de su medio radial, Radio Vaticano. Lo califican de superficial, lamentan que tenga solo un impacto visual y consideran que contiene pseudo-doctrinas que muestran a la ecología como una religión. Pues debemos recodar que los nativos son seres politeístas, que rinden culto al Sol, la Luna y todo lo que proviene de la naturaleza. Las culturas son distintas y sumamente amplias, por lo tanto, el respeto a cada una de ellas es algo que el Vaticano y muchas otras etnias no han considerado en superar.
Para finalizar, el mundo de la ciencia ficción es sumamente dificultoso y comprometedor. Es mostrar a la humanidad en un sentido metafórico y creo, que el mensaje es mucho más efectivo, pero requiere de un esfuerzo e imaginación infinitos.
Avatar ya es la película más taquillera de la historia, y los es por muchas razones. A pesar de ello, no quedé del todo conforme. Ojalá las secuelas (como se tiene previsto) me hagan cambiar de opinión. El guión es bueno, pero este film me dejó a la espera; y si el tiempo me lo permite, esperaré.
Diego Hernández León
No hay comentarios:
Publicar un comentario