El Cuervo (1994)

Hoy en día, el mundo está lleno de distinto héroes. Héroes que en ocasiones se salen de sus esquemas tradicionales. Eric Draven lo ha sido desde su salida en 1989, perteneciente a la serie de comics de El Cuervo de James O´Barr. Y lo es precisamente por no ser un héroe, o por lo menos no uno convencional. Su objetivo, en esta tierra de los vivos, es la más cruel y perversa venganza que su ser le permita dar.

El director Alex Proyas obtuvo el mejor resultado de la extensa gama de películas basadas en el personaje de O`Barr. Cuatro en total, eso sin contar el posible remake que se tiene previsto para el 2011. Dirigido por Stephen Norrington.

El Cuervo (1994) relata la historia de una joven pareja que es brutalmente asesinada en su departamento, un día antes de su boda. El penetrante amor que los une y la muerte que los separa, lleva al personaje de Eric (Brandon Lee) a una misión en la que se le permite hacer justicia. Un año después, el joven regresa para cobrar venganza.

La cinta selecciona detalles claves del comic para recrear una realidad oscura y deprimente. La personalidad del protagonista, alimentada de humor negro, frases celebres, ironías y sarcasmos, les brinda a sus enemigos un sorbo agonizante de miedo auténtico. Un miedo que experimentan al ver su rostro maquillado. dentro de ese contexto que reitera nuevamente , el ambiente gótico del que O`Barr se inspiró.

Todos los personajes conforman equilibradamente la trama. Reflejan una miseria humana, nutrida de drogas y violaciones; abriendole paso a una felicidad demagógica. Ernie Hudson de nuevo se encuentra, para ese momento, en un papel interesante, pero que no explota al 100% su capacidad. David Patrick Kelly, Michel Wincott, Angel David y Michel Massee interpretan a los retorcidos villanos principales.

El trabajo de post-producción resultó forzado debido a la inoportuna muerte de Brandon Lee en una de las escenas, una de las armas cargadas por balas de fogueo, al parecer, contenía una bala real.

Este inconveniente llevó a realizar escenas con tonalidades más oscuras. Un doble sustituyó a Brandon para las escenas restantes (en su mayoría de espaldas) y digitalizaron su rostro en varias oportunidades, para remplazarlo por el de Lee. El resultado es aceptable, aunque el montaje de la película, en ocasiones, se torna forzado y cuesta un poco sentir la fluidez de la historia. Sin embargo, es admirable haber realizado tan exhaustivo trabajo, tomando en cuenta que consideraron abandonar el proyecto.

De la música estuvo a cargo Graeme Revell; aunque el soundtrack está lleno de bandas ejemplares que colaboraron para el film: The Cure, Rage Against the Machine, Pantera, Stone Temple Pilots, Nine Inc Nails, Machines of Loving Grace, etc.

Algo que me desilusiona, o que no me termina de convencer, es su final tan impreciso. Durante toda la narración, El Cuervo demuestra un trabajo completo en cuanto a producción, arte, edición de sonido y juegos de cámaras; muy buenos efectos especiales (considerando su época) y actuaciones que atrapan al espectador. Pero su final inconcluso, nos pone a pensar que la falla quizás pudo ser la falta de tiempo, la presión de Proyas por la muerte de Brandon o algún otro factor. Una clausura poco armoniosa y una pelea final entre dos personajes que no tienen un vínculo trascendental.

Después de todo, es una de mis películas favorita y me ha gustado más, ya que el cómic lo logré leer gracias a un camarada. Ambos relatos son diferentes en muchos aspectos, pero la selección de los elementos tomados e incorporados por Proyas, David J. Schow y John Shirley (guionistas de El Cuervo) son bastante buenos.

Una película recomendada, una y mil veces, a todos aquellos que les apasiona el cine de ciencia ficción con sustancia emblemática y ambiente gótico.