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Valera, Trujillo, Venezuela
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lunes, 30 de agosto de 2010

Hermano: La vida en juego

Sin duda la cinematografía de nuestro país está recobrando fuerzas con cada producción que pasa. Vemos, con mayor frecuencia, nuestras cintas en las salas comerciales, y lo mejor de todo, perduran y recobran la rentabilidad que existía en los 70s y 80s. Una muestra de ello es Hermano, opera prima del cineasta Marcel Rasquin, producida por Enrique Aular y ganadora del premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Moscú.

Daniel y Julio son dos hermanos dedicados al fútbol. Cada uno desarrolla una característica particular y juntos hacen un equipo realmente sólido, debido a la química que hay en ambos. Pero a diferencia de ello, fuera del campo, sus vidas se repelan por intereses individuales. La posibilidad de entrar al Caracas Futbol Club determinará el rumbo de sus pasos.

En este film, las virtudes recaen en las actuaciones y un libreto alentador. La naturalidad de las escenas y situaciones rutinarias asombra a través de la autenticidad de Eliú Armas y Fernando Moreno, dos caras nuevas en la gran pantalla.

Las secuencias de rodaje, por parte de Aular, para exhibir las jugadas y partidos de futbol, se muestran rudas e impecables. Filmadas de tal manera que logra relacionar dichas imágenes con el tono dramático y estremecedor de la historia. Aparte de eso, el montaje ejerce un apoyo fundamental en el resultado final que acierta con el equilibrio narrativo.

Es cierto que el cine nacional formó parte de un círculo vicioso con respecto a su repetitiva temática. Los cineastas venezolanos contrarrestan esto alegando que para aquel entonces(los años setenta) querían reflejar la realidad en que vivíamos, que incluía esa perspectiva de miseria y marginalidad. Hoy en día la cosa no está muy distinta. Si, es cierto, no todo es plomo y delincuencia, pero tampoco debemos hacer la vista gorda ante un asunto tan recurrente en la vida del venezolano, del latinoamericano. Historias que muchos desconocemos, aquellos que vivimos lejos de “esa realidad”. El cine es una ventana a ello.

En este caso Hermano se nutre de la misma fórmula del barrio, pero con un tratamiento distinto. Rasquin, quien cumple su labor como escritor en esta entrega, ha dejado asombrado a muchos espectadores con su trabajo que incluye un ingrediente distinto a su obra: el elemento deportivo. Quizás no propiamente el deporte, sino el futbol como causa de un sueño, como terreno de lucha, como metáfora de nuestras experiencias. Paradójicamente en un país donde “lo que se juega es beisbol”. Además, creo que sería difícil recordar alguna película nacional en este contexto.

La trama aparentan ser predecible en algunos casos, pero los giros que la conforman dicen otra cosa. Hemos podido observar esta estrategia en innumerables films latinoamericanos, que buscan, en lo posible, ser fieles con las vidas que retratan.

Hermano es una gran cinta que revela, con la honestidad que fue realizada, todas las trabas de una sociedad que descubre, en cada día, las incontables razones para seguir adelante. Estar por encima de aquellas otras que sosiegan nuestras virtudes y lealtad.


TRAILER


domingo, 22 de agosto de 2010

Karate Kid: La lucha por el honor

El remake continúa siendo una de las incontables propuestas de trabajo que no se dejan de ver por las salas estrictamente comerciales. A pesar de ello no me disgusta tanto la idea de generar nuevas formulas para retratar un clásico o alguna cinta pasada. En esta ocasión me dedicaré hablar de la taquillerisíma Karate Kid.

Dre Parker (Jaden Smith) es un niño de Detroit que le cambia la vida al mudarse a China, tras un cambio repentino en el trabajo de su madre (Taraji P. Henson). El joven no se siente cómodo con su nuevo hogar, que de varias formas, lo somete a duras pruebas constantemente. Más adelante conocerá al Sr. Han (Jackie Chan), quien le enseñará a conservar su honor a través del Kung-Fu.

Lamentablemente, tuve que apreciar una película doblada con personajes reales; ya lo he comentado anteriormente, pero es desfavorable ver una obra cinematográfica en esta condición. Las razones son simples; les resta actuación a los intérpretes y el análisis que se pretende hacer termina reduciéndose únicamente a sus expresiones. Otro factor negativo es que, en ocasiones, las empresas de doblajes alteran algunos diálogos o frases indispensables del libreto. Por otra parte, no me ocurre lo mismo con las películas animadas, de las que me considero un seguidor de sus versiones al español.

Dejando en claro esto, vamos a céntranos en lo que quizás es el fuerte del film: las actuaciones.

Jackie Chan interpreta, por lo general, personajes cómicos o burlescos. En esta oportunidad, su papel es mucho más serio a lo acostumbrado. Encarna al Sr. Han, quien conserva un estado reflexivo y pacífico, sin obviar el pequeño, pero importante, ingrediente del humor. Chan se adapta fielmente a la obra y mantiene, a su manera, ese aire sereno e íntimo del ya desaparecido Pat Morita. Jaden Smith incrementa con cada film su nivel actoral. A pesar de las críticas que recibe a diario debido a su persistente condición nepotista, debemos considerar que el problema no es precisamente el que sus padres ayuden a financiar la película en donde trabaja; el asunto radica en la exigencia que el joven debe duplicar para demostrar que su carrera va en asenso. Tal es el caso de Karate Kid, donde se visualiza un íntegro trabajo físico de parte de Jaden, ya que su personaje se lo exige y lo cumple con reconocido esfuerzo.

Las secuencias de peleas están filmadas con una calidad bien alta. Sobre todo el coreográfico y único enfrentamiento que tiene Jackie Chan, que a pesar de su edad, nos sigue brindando carisma y una buena dosis de entretenimiento con sus “improvisadas” acrobacias.

La trama conserva un tono ameno, simpático, tierno si se le quiere, donde los valores del amor, trabajo y constancia son indispensables para el mensaje de la cinta. Incluso el concepto filosófico sobre el Kung-Fu de que “lo es todo” aborda un interesante trasfondo. Ahora bien, el problema de la historia es precisamente la misma trama que resulta una bomba dentro de la misma. Esto se debe a que no existe ningún argumento innovador que hiciera de este remake algo auténtico. Las aportaciones que le hicieron a la afamada cinta del 84 no terminan de ser totalmente convincentes ni solidas (el hecho de que el muchacho sea afroamericano y viaje de Estados Unidos a China). Una película familiar que contiene su fuerte en las interpretaciones, no en su argumento narrativo.

P.D: Quizás para continuar la analogía del remake (como si no fuera obvia) la película se le llamó en Hispanoamérica Karate Kid, a pesar de que el arte marcial que se practica en esta entrega es el Kung-Fu.





jueves, 19 de agosto de 2010

El gran dictador: El vagabundo del cine

Siempre se percibe a Chaplin como una figura revolucionaria dentro del cine. Él es cine. Su intelecto y perspicacia trasladaron al séptimo arte a otro tipo de concepción. Es lo que fue Elvis para el Rock and Roll.

Por primera vez tuve la oportunidad de deleitarme con una de sus más afamadas películas, El gran dictador (1940). Curiosamente, el film comienza a rodarse poco después de iniciarse la Segunda Guerra Mundial. La obra es una parodia/crítica, que va dirigida al entonces dictador de Alemania, Adolfo Hitler.

La historia se centra en un afamado dictador llamado Astolfo Hynkel, que busca la necesidad de acabar con la raza judía que puebla su país Tomania. Paralelamente, un personaje “algo” parecido a este dictador, un barbero, se dispone a reanudar su vida luego de haber sido reclutado por el gobierno para prestar servicio militar.

La trama está conformada de un humor bastante diverso, donde se combina el humor visual, los diálogos discordantes, la lógica del absurdo, ironías y sarcasmos.

Es tanto el parecido a la realidad, que incluso el personaje Benzino Napaloni está relacionado con el fascista Benito Mussolini. Donde ambos dictadores luchan por una irreprimible imposición de sus egos, superioridad y poder.

La escenografía recuerda el duplicado esfuerzo y los escasos recursos que contaban para ambientar, en un estudio, un campo de batalla. La escena inicial, a mi juicio, es un logro estupendo, donde Chaplin nos da una muestra de la capacidad actoral que poseía. Sin olvidar su estupenda labor como director.

Reconocemos la intensión de que con su mejor arma, el cine, pudo recrear un ambiente que va mucho más allá del humor. En su entrega encontramos una alta dosis de crítica social, aunque en este caso, su concepto va dirigido a la política, la tiranía y la injusticia.

No es difícil notar la importante influencia que tuvo sobre muchísimos autores y humoristas. Quizás no fue el pionero en cuanto a las ocurrentes acciones y humor visual, (provenientes principalmente del teatro), pero sin duda fue uno de los que le propició difusión. Desde Los Tres Chiflados hasta Chespirito en Latinoamérica. Este último, en el que encuentro una gran similitud, quiso en varias ocasiones, parodiarlo en algunos de sus sketch.

Indudablemente Chaplin se tomaba el humor demasiado en serio. Todo el recorrido del film, entre golpes y chistes, entre carcajadas y la lógica del absurdo.

El discurso final en donde ya Chaplin no interpreta a ningún personaje, no hay barbero, no hay Hynkel. Se desprende completamente. Solo vemos al hombre detrás de la cámara, desgarrando un discurso de paz, cumpliendo con su labor como artista, de ser humano. Construyendo, desde su espacio, un poco de luz para su público. Un discurso entrañable que repercuta en la idea de construir un mundo libre de tortura sin distinciones sociales y raciales.



miércoles, 18 de agosto de 2010

APOYO NACIONAL CINEMATOGRÁFICO

Era poco habitual que el cine nacional retornara a las salas de proyecciones del país con contundencia. Pues al parecer un resurgir de nuevos (y viejos) cineastas han dejado para este año, hasta el momento, una serie de cintas que se encuentran entre las más taquilleras del país.

Apreciamos que la gente, poco a poco, recuperará el apoyo del cine nacional tanto como en los años 70s y 80s.

Creo que es sumamente importante que este interés se reformule con el aporte de todos. Moléstense en ver una película nacional cuando esté en cartelera. Por estos lares hay muchas historias importantísimas que contar. De delincuencia, amor, injusticia, valores, contenido crítico social, documentales, acción y demás.

Insisto, el esfuerzo lo hacemos TODOS. Que no se reduzca a rumores pasados sobre los prejuicios que asumimos sobre este arte desarrollado en el país.

Ejemplo: los 10 films más taquilleros en el país, hasta ahora.

1 (-) Mi villano favorito (Despicable Me)
2 (1) The Karate Kid
3 (3) El origen (Inception)
4 (4) Son como niños (Grown Ups)
5 (5) El príncipe de Persia (Prince of Persia…)
6 (2) Shrek para siempre (Shrek Forever After)
7 (7) Hermano
8 (8) Habana Eva
9 (6) Toy Story 3
10 (9) Cheila, una casa pa’maíta.

FUENTE: http://www.grancine.net/