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martes, 20 de julio de 2010

Hard Candy: Lo que parece, no es

David Slade es un director que de verdad asombra. Su manera de llevar un film distingue una narración vigilada y solida. Me decepcionó que haya formado parte de aquella superficial saga Crepúsculo, aunque como él mismo lo dijo “debo hacer de todo”. Aunque a pesar de ello, este artista viene con una gran propuesta y creo que Hard Candy (2006) es la prueba más emblemática de ello.

La trama se reduce a dos personajes, Hayley una jovencita de solo 14 años y un hombre mayor llamado Jeff Kohlver. La niña seduce al sujeto por medio de los famosos chats y encuentra en su “compañero” un distinguido interés por las niñas menores de edad. Una vez que deciden conocerse, las cosas cambian totalmente, recobrando un giro sorprendentemente discordante a la propuesta inicial.

El manejo de la película deslumbra una estupenda dirección actoral, que ofrece credibilidad al espectador. Ellen Page estremece. No vi su afamada participación en Juno (2007) que bastante pude oír de ella. Pero en Hard Candy descarga a chorros, no solo el talento, si no el esfuerzo de un trabajo decisivo para la carrera de la joven actriz. Patrick Wilson va acorde con su personaje, aparenta su simpatía e intelectualidad sin ningún tipo de problema.

Aparte de contener una sorprendente labor técnica en cuanto a fotografía (enriquecida con planos detalles y contrapicados muy bien usados), la dirección es admirable. Slade construye una narración ascendente y calmada. Toma su tiempo para incrementar la intriga que caracteriza la cinta. No abusa de las insinuaciones sexuales, ni alimenta al espectador con diálogos monótonos y subversivos. Por el contrario, el libreto permite profundizar detalles de los personajes, detalles que acompañan a la duda y la incertidumbre.

El montaje no tiene algunos de esos pocos errores que aprecié en 30 días de noche. Por el contrario, la dinámica de edición contribuye a la tensión del thriller.

Existe ambigüedad en su desenlace. Pero es una ambigüedad confiable, si se le puede llamar de esta forma. Gabriel García Márquez, quien cuenta con un gran trabajo cinematográfico en la elaboración de guiones, aparte del que ya conocemos, señala que las personas una vez que leen una novela, se imaginan un mundo que reconstruye su mente de acuerdo a su cultura, su crianza y su entorno. Una percepción propia del libro. Distinta a la de cualquiera que lea la misma obra. El cine en cambio, no nos brinda esa oportunidad. Su trabajo es implementar de una forma autoritaria, si se le quiere, la visión de una persona o varias; por lo tanto, deja poco o nada para la imaginación. Creo que la idea de hacer finales imprecisos o con toques de inexactitud, aluden al planteamiento del Gabo referente al mecanismo de lectura en la novela, que concede al espectador un juicio propio de la historia. Salde se arriesga y en mi muy particular posición, creo que acierta.

Indiscutiblemente Slade trae una propuesto sumamente interesante y esperamos que no dedique tanto tiempo a “hacer de todo un poco” y centrarse en un trabajo mas propio. De lo contrario formaría parte de esos directores que desvían su integridad como M. Night Shyamalan o Louis Leterrier.


2 comentarios:

  1. tienes toda la razón.

    Espero ver mas proyectos como el de hard candy :3.

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  2. A pesar de haber experimentado en Eclipse, creo que se le perdona ya que la visión de este director hace que esa película sea la mejor de toda la mala saga de "vampiros de cristales"

    Esperemos sus obras futuras.

    Gracias por comentar...

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