No era mi intensión ver Cartas a Julieta una vez que pude apreciar su tráiler. De verdad, otra paupérrima comedia romántica no era importante para las carteleras del mundo. Pero, mi decisión sobre ella cambió una vez que descubrí, por internet, que es una película independiente, nominada al 8vo festival de cine independiente USA 2010, junto con Dos amores y Taking Woodstock. Por lo tanto, este cine de vanguardia siempre nos trae sorpresas. Entonces, cuando tuve que elegir a que sala iba entrar, me dije: “Vamos a darle una oportunidad”.
Sophie es una investigadora con el sueño de ser escritora. Una vez que viaja a Verona, Italia, su vida le cambia al encontrar una carta escrita por una mujer hace 50 años. Poco después, Sophie le responde a la anciana, lo que genera una intensa búsqueda por reencontrar a estos dos viejos seres.
La trama parece despertar interés. Un amor imposible que busca reencontrarse por cualquier medio. Pero si se aprecia con atención, el tono con que es contada resulta ser bastante predecible. Lo digo por el suspenso superficial que genera mientras se desarrolla.
Vemos a Gael García Bernal en un film totalmente desperdiciado. Su personaje despierta cierto interés debido a la forma que él tiene de abordarlo. Pero el desenlace de su situación como prometido de Sophie se reduce a una muy vaga escena. A pesar de todo, creo que es lo más verosímil de la cinta.
El problema del guión se encuentra en el progreso, que resulta bastante largo. La búsqueda del afamado Lorenzo Bartolini es demasiado extensa y genera muchas escenas innecesarias. Claro, no se encuentra a una persona en dos días, pero el trayecto deja inmersa una ansiedad que pronto se transforma en algo pesado. Su razón es simple; ver el proceso de enamoramiento de los “protagonistas principales”, por lo tanto, el hallazgo no provoca una participación importante para Franco Nero lo que queda de la cinta.
Por supuesto que es un mensaje romántico y alentador.: no dejar el amor a un lado y quedarse con la duda de “Que tal si esto hubiese sido aquello o lo otro”. Pienso que los actores no lograron algo muy corriente, no fuera de lo acostumbrado.
Esperé también algo realmente bueno del encuentro de Vanessa Redgrave y Franco Nero (Que por algún hecho curioso o intencional, se eligió a dos leyendas de la actuación casados) quienes con pocas palabras hacen una escena conmovedora para recordar lo importante que han sido su vida como actores, pero creo que son como cinco minutos de gloria.
Una historia de amor debe ser muy difícil de armar. Cuidar muchos detalles sin caer en repetidos clichés. No hay en esta entrega algo que realmente impacte y haga reflexionar sobre cosas perturbadoras sobre el amor. Da la impresión de haberse exhibido todo de manera muy simple.
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