Max Manzano, ex productor del
programa radial Rock en Ñ y codirector del documental Detrás de la Puerta: La Historia de Zapato 3, es un metalero
empedernido desde siempre. El locutor comparte su propia tesis sobre el
crecimiento del Metal Extremo en Venezuela, las bandas que, según él, son las más
importantes en la actualidad y cómo un sector importante de la juventud termina
formando parte de las filas del Metal.
Max comienza su relato hablando
sobre el origen de sonidos extremos en Caracas que después de sufrir varias
transformaciones, terminaría denominándose Metal Extremo: “A mediados de los
años ochenta, además de estar sonando Sentimiento Muerto, Desorden Público y
Zapato 3, había mucho Hardcore en la
calle. Aseo Urbano o La Ladilla de Karakas eran algunas de esas bandas que se
hacían sentir en esa época. Luego, a principio de los noventa ya se observan
bandas de metal extremo como Epitafio, Stratuz y Krueger en el caso del Death Metal, Natastor en una onda Thrash
Metal y Baphomet en el Black Metal”,
estos últimos serían para Manzano los primeros protagonistas del Metal Extremo en
la escena underground de Venezuela.
En la actualidad hay varias
bandas de Metal Extremo que resultan muy relevantes para Max en el país: “Dischord
me parece que sin duda es la punta de lanza” expresa Max sobre esta banda de Hardcore caraqueña. Sigue Cultura Tres, agrupación
nacida en Maracay y radicados en Europa; además fueron catalogados por la
revista británica Metal Hammer como el descubrimiento global de Metal en el año
2009; “creo que es la mejor representación del metal venezolano en el plano
internacional”, asegura Manzano. También nombra a Maskhera, banda de Groove Metal
la cual encuentra bien posicionada.
Max aclara también por qué
considera que el metal extremo llama la atención de la juventud: “Primero es apartarse
de la filosofía hipócrita de que todo es bonito. El metal te muestra liricas de
sentimientos humanos (sin caer en la ridiculez del Emo), las guerras, rebeliones, caos, crisis, cosas que si existen y
se refleja en la descarga. A parte está el sonido y el arte que ofrecen cada
una de las bandas. Eso brinda una conexión directa con el público joven.”
Perfeccionamiento y calidad metalera
Uno de los puntos que hace notar
Manzano es la evolución por parte de las bandas nacionales en mejorar la
calidad de su sonido en la grabación. Sobre esto comenta: “En el año 2002 llega
la perfección del sonido del metal aquí en Venezuela. Productores como Felipe
Kruger y Eduardo Sáez dieron un sonido más profesional. Tú escuchabas las
grabaciones de las agrupaciones de antes y la calidad era paupérrima, pero ibas
a un show y sonaban bien; se disfrutaban en directo. Actualmente es
proporcional. Ahora se pueden escuchar los trabajos de bandas como Distrust (MetalCore), Mantra (Death Metal Melódico), Púah (Groove, Thrash Metal), BreakDown (MetalCore) que suenan hasta en radios
FM; y la gente que solo conocía el metal de afuera, Decide, Sepultura, Napalm Death,
pueden decir ‘Oye, tenemos bandas acá que suenan como ellos; o al menos están
muy influenciados’. De esta forma se hace más masivo. Ojo, no sale del underground, pero programas como Rock en
Ñ o Tu Generación ayudaron a que se masificara.”
¿Qué falta mejorar?
Así como hay una evolución en la
parte técnica y de grabación, existen tres aspectos para Max que aun son motivo
de debate y de mejoras en el país. Uno de ellos es el trabajo de las
productoras que traen las bandas: “Al Metal Extremo le falta apoyo departe de
las productoras. Arriesgarse y pensar en hacer cosas grandes y no migajas; eso
resulta poco profesional y el metal necesita una plataforma donde los
conciertos sean de mayor calidad. Hay productoras buenas pero hay otras que
solo ‘juegan’ a hacer eventos; entonces se cancelan shows porque no estaban los
permisos de viajes o problemas con el sonido. Aun falta crecer en ese aspecto.”
Otro aspecto que resalta el
locutor es el del público venezolano, que carece de autentica fidelidad con las
bandas que admiran: “Aquí en Venezuela pasa algo que es como un cáncer. Si
traen una banda dos veces la primera vez se llena y la segunda no. Eso hace que
algunas agrupaciones no retornen para futuros conciertos. Por ejemplo: Dream Theater
vino la primera vez y llenaron, la segunda vez no tanto y la tercera estuvo
mal; tuvieron que mover el evento del Poliedro de Caracas al C.C.C.T porque la
gente no compró tantas entradas. El público venezolano en general, sin importar
el género, se caracteriza por ser traicionero cuando crece; como si el rock fue
parte de la juventud y luego lo abandona. Son pocos los que permanecen. Hay que
transmitir más la cultura al público y que tenga ese sentimiento de ser fieles.”
El tercer y último aspecto con el
que concluye Max Manzano su intervención sigue dirigido al público venezolano. En
este caso es el poco conocimiento que tienen sobre bandas nacionales
pertenecientes a esta vertiente musical. “Hay muchos seguidores de Cradle of Filth,
Cannibal Corpse o Napalm Death, pero falta que la gente sepa sobre la escena underground en Venezuela. Más allá de
conocer las bandas que son teloneras en grandes conciertos, se trata también de
ponerse a investigar sobre las agrupaciones de metal que nos representan.”
Diego Hernández León