Quisiera aclarar que vi la entrega en su idioma original (inglés) y que dicha experiencia nos hace apreciar verdaderamente las interpretaciones de los grandes actores que integran el reparto de Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte 2. Ralph Fiennes, Alan Rickman, Michel Gambon, Helena Bonham Carter abordan sus personajes con la maestría y destreza que en las secuelas pasadas. El trió de jóvenes amigos (Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint) demuestran una madurez actoral importante; pero mi interés en este caso va dirigido en recuperar algo que quizás muchos olviden y obvien por distintas razones. El segmento dedicado a el duende Griphook, interpretado por Warwick Davis (el enano de manos grandes),quien interpreta también otro personaje (Filius Flitwick) nos ofrece una actuación soberbia y digna de respeto al actor que encarnó en su oportunidad a Willow en la película del mismo nombre. Que sea este pequeño espacio un reconocimiento a tan significativa labor.
Asombra el despliegue de efectos especiales que conforman la película. Las escenas de acción se visten de verosimilitud y las criaturas mágicas (como el dragón del comienzo) reflejan un trabajo resuelto y profesional por parte de las compañías encargadas en la materia. Sin embargo, parte de mi capricho quiso observar con más detenimiento la batalla final en Hogwarts. Se sabe que muestra una muy buena parte de esta secuencia, aunque no con la atención que esperaba. Sin embargo es evidente que la atención debe recaer sobre la narración central de su protagonista y su objetivo en la trama.
En el caso del argumento, por mencionar un dato un tanto incompleto, se observa desplazada la figura paterna del joven mago. La saga completa muestra a Harry Potter atormentado por su oscuro pasado que arrastra la muerte de sus padres. Mientras la historia avanza (entre libros y películas), sus padres realizan apariciones para comunicarse con el muchacho; las mismas en un tono familiar, compartido entre madre y padre. Pero es este film, el último de la historia, que poco (casi nada) le dedica espacio a su padre; o mejor dicho, a la figura familiar recreada previamente. Ha de ser por el importante papel que define la madre y su experiencia compartida con Snape; de igual forma el contraste es abrumador.
Creo haberlo comentado en algún otro artículo, pero vale la pena reafirmar el punto de dirección. David Yates fue el encargado de dirigir las últimas películas de la franquicia a partir de la quinta entrega. Es curioso que la productora Warner Bros. Picture le diera la batuta al que hizo dos de las cintas más flojas de este mundo mágico. Por su parte, Harry Potter y la reliquias de la muerte - Parte 2 concluye como una cinta admirable en el manejo de su contenido dramático, una consistente labor de actuaciones y un guión que se vale del argumento de su creadora (J.K Rowling) para ser un punto final digno (ESPERAMOS) ante la eterna y persistente lucha entre el bien y el mal.