En esta pequeña entrevista rememora su trabajo en su película Último Cuerpo y lo que significa ser una constante en la filmografía de Carlos Malavé.
Mucha naturalidad y verosimilitud le generó usted al personaje Heriberto Camargo ¿Qué elementos consideró para abordar este interesante personaje?
La verdad es el valor que Heriberto Camargo, mi personaje en Último Cuerpo, erige como espada en su lucha por defenderla a toda costa. Yo sentí que mi personaje no administra falsedades en su interpretación, en su desempeño en contar su historia y me empeñé en ser Heriberto Camargo, no en hacer el personaje. Solo ser. Me leí todas las crónicas de Heberto Camacho, el Gran Camacho, periodista marabino, quien inspiró a Malavé para, a través de mi personaje Camargo, crear un periodista con los valores que, creemos, caracterizaba a este gran señor de La Crónicas Roja. Frontal, popular, refranero, elocuente, poeta, novelero, exagerado, pasional y verdadero. Al leer sus crónicas y ya de llevarlo en la piel, en mi corazón, yo no podía permitirme mentir. Camacho no se lo merece y Camargo no lo permitiría.
La muerte es la verdadera protagonista del film ¿Comparte la filosofía que tiene Heriberto Camargo sobre la muerte? El hecho de que poco a poco le va quitando todo sin darse cuenta.
Comparto con mi personaje la pasión que le aporta a todo aquello que ama, le interesa y le funciona para rescatar y exaltar sus valores. En eso absolutamente me identifico con él. Yo no le temo a la muerte, le temo es estar en la edad de las despedidas. Despedir a un ser querido es una cuestión que me supera por el dolor que me abraza, pero a la muerte no le temo. Total, tarde o temprano, nos tendremos que encontrar con ella.
Definitivamente integra el reparto constante de Carlos Malavé; así como Jesús Servó, Jean Paul Leroux o Guillermo García. ¿Cómo define el trabajo de este director?
Lo definiría como el absoluto significante de aquello que reza: "La amistad es la amistad y el trabajo es el trabajo". Carlos Malavé es un maravilloso ser humano, un gran tipo, un corazón con patas y un profesional. Cuando tiene que ser director lo tiene todo claro. Siempre tiene su película en la cabeza y en el corazón. Sabe conducir procesos actorales dando las indicaciones adecuadas con toda la libertad creativa para el actor; siempre y cuando esa libertad no afecte lo que ya tiene visualizado y sentido. Es exigente. Pero sabe hacerlo. Y como amigo, te diría que Malavé es una de mis personas favoritas del mundo mundial. Él es mi amigo. Y yo soy amigo de Malavé.
Y con respecto a que Jean Paul Leroux, Guille García, Canache y yo somos constantes en las películas de Malavé: Somos sus muzos. Mejor dicho: ¡Sus marramucios! Jajaja. Al grupo hay que agregar uno más: Miguel Ferrari. Ya lo verás. En serio te diría que en ocasiones han sido hasta molesto los ataques de compañeros y del medio por esa modalidad de Malavé. Hasta ofensivo diría yo. Sin embargo, alaban, celebran y aplauden como focas que Almodóvar, Woody Allen, Tarantino o Scorsese tengan esa misma modalidad de trabajar con sus "marramucios". Cosas del venezolano.
¿Cómo observa los trabajos cinematográficos actuales realizados en nuestro país?
Los observo con amor, con disciplina, con entrega, con torpezas, con apuros, con pretensiones, a veces petulantes, con pretensiones acertadas, con fe, optimismo y en constante progreso. Nuestro cine es eso: nuestro. Y por lo tanto rechazo fuertemente cuando escucho repetidamente: “Apoyen el cine nacional”. No. Yo digo y grito a todo pulmón, con voz de teatrero: ¡Disfruten el cine nacional! No somos una ONG o monjitas de la caridad que necesitan apoyo para unas canastillas. Me niego. Nuestro cine es nuestra identidad, los que nos caracteriza. ¿Que puede ser mejor? Claro. Y en ese camino vamos. Sin duda alguna. Nuestro cine necesita es apreciación, una de las palabras que más le gustaba al maestro José Ignacio Cabrujas. Ojalá el público la convierta en verbo, en acción.
De izquierda a derecha, arriba: Guillermo García, Jean Paul Leroux y Sócrates Serrano
De izquierda a derecha, abajo: William Goite, Mercedes Brito, Carlos Malavé (Director), Miguel Ferrari.