Sinopsis: Michael Kovak, un estudiante del cristianismo, posee serios problemas con su fe, al punto de no creer o convencerse de ella. Más adelante, cuando ya su decisión de renunciar a los votos es casi tomada, el Padre Matthew le convence de viajar a Roma para tratar de cambiar su opinión. Ese viaje y conocer al Padre Lucas le cambiarán la vida.
Nunca he tenido preferencia por las películas del género terror, o por lo menos no son mi selección más frecuente. Quizás sea por el hecho de que ese miedo que piensan impartir no siempre logra convencerme. Aunque, lo confiesa alguien que se aterraba con las cintas de Freddy Krueger de niño y que le traumó El Exorcista (1973). Curiosamente, una vez que vi el tráiler de El Rito y me di cuenta de las intenciones de la trama, me decidí a verla.
SPOILER: Creo prudente comentar el inicio de la película porque considero que marca el argumento de toda la historia. En la apertura se aprecia al protagonista Colin O´Donoghue interpretando a Michael Kovak, el personaje se observa “arreglando” el cadáver de una mujer. Los planos detalles se concentran en el lavado del cabello, el corte de uñas, la manera en que cosen la boca para mantenerla cerrada. Toda la escena emprende una imagen tan aterradora que marca el tono de la película.
El director Mikael Hafström hace un trabajo cuidadoso al ambientar las escenas en una atmosfera oscura y densa. La presencia de la incertidumbre es intencionalmente acertada; pero no como otros intentos de “terror” que conserva la ridiculez a flor de piel.
Lo interesante de El Rito está representado en su tema central; en vez de reiterar el acostumbrado esquema de disputa entre el bien y el mal, la adaptación del libro de Matt Baglio nutre un interesante argumento: el escepticismo dentro de los representantes de la fe. No creo que sea la primera vez que se aborde este tema, pero es interesante el modo en que la dirección de Hafström y el ajuste escrito de Michael Petroni desglosan esta temática. Le incluyen a cada escena, a cada palabra de sus personajes, un aura de miedo estremecedor.
En las actuaciones podemos encontrar a un Anthony Hopkins totalmente entregado en su honesta interpretación del Padre Lucas, un ermitaño sacerdote que practica el exorcismo con una cotidianidad y naturaleza tan terrorífica como la película misma. Su comportamiento influye en la predisposición que tiene su aprendiz Michel Kovak, consecuente ateo que se reúsa en aceptar la fe que tanto le ha rodeado desde niño.
Ambos actores, tanto Hopkins como O´Donoghue, llevan la trama a su más alto nivel, apoyada en inteligentes diálogos y un rededor de personajes que terminan de profundizar el mensaje de la película. Alice Braga es Angelina Vargas, una inquietada periodista que permanece tras los pasos del Padre Lucas y las apariciones de Toby Jones (Padre Matthew) y Rutger Hauer (Istvan Kovak) piezas claves del rumbo que posee su protagonista.
El Rito recupera totalmente el cine de terror que había estado eclipsado con la innecesaria saga de Saw (aunque considero importante, únicamente, la primera entrega) los refritos de Viernes 13 y Freddy Krueger y la pasmada “influencia vampírica”; una recomendable cinta con argumento, sustancia y enriquecedoras actuaciones.
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